Brasil frente al dilema: ¿Cómo responder a las nuevas restricciones sobre la publicidad de apuestas?

Un mercado recién legalizado, bajo presión política

Desde la legalización del mercado de apuestas en línea el 1 de enero, Brasil ha estado en el centro del debate regulatorio. El Senado aprobó recientemente el Proyecto de Ley 2.985/2023, que busca limitar drásticamente la publicidad de juegos de azar. Entre las restricciones propuestas se incluye la prohibición de anuncios durante transmisiones deportivas en vivo y el uso de celebridades, influencers o atletas activos o retirados hace menos de cinco años.

Aunque se eliminó la propuesta inicial de prohibición total, la versión aprobada contiene medidas que preocupan a operadores, abogados y defensores de una regulación basada en datos. El proyecto ahora será revisado por la Cámara de Diputados, y se prevé que entre en vigor en 2026.

Advertencia legal: “No hay evidencia que justifique estas restricciones”

Udo Seckelmann, experto en juego y criptomonedas del bufete Bichara e Motta Advogados, celebró que se haya descartado la prohibición absoluta, pero advirtió que el resto del proyecto carece de sustento técnico.

“Las intenciones pueden ser nobles, pero deben contrastarse con los efectos reales. La evidencia demuestra que la regulación informada y responsable funciona mejor que la prohibición”, afirma.

Regulación actual: ¿ya es suficiente?

Desde julio de 2023, la Secretaría de Premios y Apuestas (SPA) aplica la Ordenanza N° 1.231, que prohíbe contenido dirigido a menores, impone la inclusión del símbolo “+18” en todos los anuncios y exige la promoción del juego responsable.

Para Luiz Felipe Maia, socio fundador de Maia Yoshiyasu Advogados, las normas actuales son adecuadas para una industria en sus primeras etapas: “En un mercado nuevo, los operadores deben tener visibilidad. Demasiadas barreras obstaculizan que los usuarios encuentren plataformas legales”.

¿Es necesario más control? Opiniones divididas

Fellipe Fraga, director de EstrelaBet, coincide: “Lo más importante es actuar con conciencia. No se necesita más regulación si ya existe responsabilidad”.

Pero Fernando Garita, CEO de Betsul, tiene otra visión: “Falta claridad. Necesitamos normas coherentes que permitan mensajes responsables sin ahogar la actividad comercial legítima”.

Influencers en el punto de mira tras un escándalo nacional

En 2024, el juego “Fortune Tiger” generó una ola de indignación. Varios influencers promocionaron la plataforma, que resultó ser ilegal. Muchos usuarios perdieron grandes sumas de dinero, y algunos creadores fueron detenidos.

Desde entonces, la SPA ha reforzado su vigilancia. La influencer Virgínia Fonseca fue convocada al Congreso para explicar su implicación en campañas de apuestas.

“Más que nuevas leyes, necesitamos aplicar las que ya existen”, afirma Felipe Maia. “Si los influencers reciben sanciones reales por infringir las normas, el comportamiento cambiará solo”.

¿Un déjà vu? Lo que muestran los casos de Italia y Alemania

Brasil no es el único país enfrentando esta tensión. Alemania prohíbe anuncios de apuestas entre las 21:00 y las 06:00 y limita el uso de clips deportivos. A pesar de ello, casi la mitad de los jugadores utilizan operadores ilegales.

Italia, con su prohibición total desde 2018, ha visto florecer el mercado negro. Argentina también planea medidas similares. Para muchos operadores, estas políticas podrían tener un efecto contrario: fortalecer lo ilegal.

“Cuando los operadores legales pierden visibilidad, los ilegales prosperan en canales como Telegram”, dice Garita. “La experiencia internacional es clara”.

Publicidad como señal de legitimidad

La publicidad no solo sirve para vender, sino también para diferenciar a los operadores legales de los ilegales. Incluir advertencias sobre adicción y mensajes de juego responsable refuerza la transparencia.

“La visibilidad pública permite educar al usuario y generar confianza”, destaca Garita. “Eliminarla deja al consumidor sin referencias claras”.

Incluso en Suecia, un mercado maduro, muchos jugadores aún no pueden distinguir entre operadores legales e ilegales. En Brasil, la necesidad de diferenciar es aún más crítica.

La opinión pública cambia, pero el discurso político no

Una encuesta de DataSenado en abril reveló que el 60% de los brasileños apoya la legalización del juego presencial. Sin embargo, algunos políticos insisten en que las apuestas causan adicción y ruina económica.

Maia cree que estas posiciones responden a agendas ideológicas: “Algunos legisladores actúan según sus cámaras de eco—religiosa o conservadora—más que por hechos”.

Fraga coincide: “Llevamos 80 años con prohibición. Muchos políticos ni siquiera comprenden lo que el sector puede aportar. Falta diálogo, educación y visión técnica”.

Falta de unidad: el talón de Aquiles del sector

Actualmente hay cinco asociaciones representando al sector, lo que complica la interlocución con el Congreso. Maia señala: “Un diputado me dijo: ‘No sé con quién hablar porque todos dicen cosas distintas’. Eso nos debilita”.

Garita insiste en la necesidad de coordinación: “Sin una voz común, no podemos defender nuestros intereses ante el Estado. El trabajo conjunto es vital”.

La autorregulación como vía legítima

Frente al riesgo regulatorio, Felipe Maia sugiere que el sector se adelante con medidas propias: “La autorregulación muestra madurez. Podemos demostrar responsabilidad sin esperar que el Estado imponga normas imposibles”.

Seckelmann coincide: “Responder con evidencia, propuestas y responsabilidad nos permite influir en el debate y evitar daños innecesarios al mercado legal”.

Última llamada antes de la votación clave

Con la Cámara de Diputados por votar la ley, la industria enfrenta un momento decisivo. Si no se presenta una alternativa sólida, un enfoque restrictivo podría imponerse por defecto.

En esta etapa temprana del mercado, cortar la visibilidad de los operadores regulados puede resultar desastroso tanto para la economía legal como para la protección al consumidor. El tiempo para actuar se agota.